
El problema no es no tener ganas
El no tener ganas de sexo es un tema que se toca mucho en consulta y del cual me llegan correos de personas preocupadas todos los meses.
Es cierto que en cuestión de sexo cada persona es mundo y no es cuestión de comparaciones. El problema es cuando en la pareja no se comparten las mismas necesidades sexuales y es que las diferencias en el deseo sexual es uno de los grandes quebraderos de cabeza en las terapias de pareja.
El problema no es no tener ganas
Muchas veces la persona que tiene menos deseo se cree que es ella la que tiene el problema y por lo tanto es la que tiene que hacer algo para aumentar sus ganas y así se asume que la que tiene más deseo es la que tiene la conducta correcta. De este modo, la que tiene menos deseo es la que debe de satisfacer a la otra parte. Esto no funciona así, nadie debe de forzarse a tener relaciones con otra persona. Se puede aumentar el deseo pero cada cual tiene un tope, por así decirlo. El deseo se puede activar hasta cierto punto pero no obligarse a tener sexo. Además no podemos responsabilizar a la otra persona de nuestro propio placer.
¿Qué hacer cuando tenemos más ganas que nuestra pareja?
Como hemos comentado, cada cual debe de ser responsable de su propio placer, por lo debe de buscar satisfacción sin que por ello se recurra a forzar a nadie a tener sexo. De hecho a masturbación es la menor forma de poder disfrutar del sexo y se puede practicar en solitario cuando la pareja no está disponible o simplemente no tiene ganas.
Lo ideal es llegar a encontrar un punto en el cual las dos personas se sientan cómodas sin que hayan sentimientos de presión o de renuncia, para ello siempre recomiendo algunos cambios para estimular y llegar a un nivel más satisfactorio en la relación.
Cambios para poder estimular el deseo
- Trabajar la comunicación diaria en pareja. Una comunicación en positivo es el pilar necesario para poder trabajar los problemas y dificultades que surjan en la relación.
- Hablar de sexo con tu pareja, de lo que te gusta y no.
- Enfocar la experiencia íntima en la sensualidad más que en la sexualidad.
Es muy importante que la persona que siente más deseo, no se lo tome como algo personal. Se puede fortalecer la relación con muestras de afecto no sexuales, si hay amor y confianza se podrá restablecer la intimidad emocional y física que se necesita. Y el problema de no tener ganas ya no será un problema.
Un problema con una solución
El problema es cuando las diferencias de deseo entre ambas partes son tan grandes que producen malestar. Si la diferencia de deseo provoca sufrimiento en la pareja, entonces quizás la solución más honesta seria proponer la separación de esta. Pero antes siempre se puede recurrir a la terapia de pareja.
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