Las personas mayores y el sexo

04.11.2019

EL SEXO EN LA TERCERA EDAD

Los ancianos pueden disfrutar del sexo. Claro que sí. Aunque es algo que a menudo familia y sociedad no acaban de ver con buenos ojos.

El deseo sexual no desaparece con la edad

Está claro que el deseo sexual no desaparece cuando nos hacemos mayores. En torno al deseo sexual en edades avanzadas encontramos falsas creencias. Muchas personas mayores fueron educadas en modelos sexuales basados exclusivamente en la genitalidad, en la heterosexualidad y en la reproducción como única justificación de la vida sexual. La sexualidad desde esta perspectiva, niega o reduce las posibilidades de tener una vida sexual activa cuando de pierde el vigor coital o la capacidad de tener hijos.

Además hay otros factores que pueden entorpecer el disfrute de la sexualidad a esta edad:

® Ser viudo/a:

Cuando se enviuda a veces está mal visto en la familia y en el entorno social que el viudo o viuda mantenga una relación sexual o que empiece una nueva relación a esa edad.

® El agotamiento físico:

A esta edad se está más cansado y se tiende al sedentarismo. Es más que recomendable dedicar un rato al día a realizar una actividad física suave como puede ser andar para poder sentirse más activos y con más energía.

Cuidar a los nietos también puede ser otra fuente cansancio y puede dificultar la falta de intimidad. Establecer horarios con los hijos para el cuidado de los niños es fundamental para que las parejas mayores puedan tener momentos para ellas solas.

® Falta de intimidad:

Hay personas ancianas que no viven solas, sino que son cuidadas por hijos o viven en residencias. Para estas personas puede ser muy complicado poder tener sus espacios íntimos con los que poder disfrutar de su sexualidad en pareja, o en solitario

® Imagen corporal

La vejez está relacionada con cambios físicos que socialmente nos resultan poco atractivos (perdida de pelo, de dientes, manchas en la piel...). Es necesario que se acepten estos cambios y que las personas mayores no pierdan el interés por cuidarse y verse atractivas. Es importante que vayan a la peluquería, que se compren ropa que les favorezca, que mantengan conductas de higiene diarias, que vayan al dentista.

Se hace preciso un cambio de actitud social hacia la vejez y hacia las necesidades afectivo-sexuales de los hombres y mujeres mayores, de forma que les permitamos disfrutar con libertad y sin culpabilidad de su sexualidad.

Es necesario tener en cuenta, que una vida sexual activa y satisfactoria en la vejez es un buen síntoma de salud y bienestar, por lo que impedir o coartar esta capacidad no hace sino aumentar el sufrimiento y la soledad de las personas mayores, acelerando el proceso de envejecimiento y acercándoles a la muerte. 

Pero, ¿hay una edad para jubilarse del sexo?

La respuesta es no. Para disfrutar del sexo la edad no importa.

En nuestra sociedad la sexualidad ha estado mucho tiempo relacionada con la reproducción, esto lo que ha promovido es la negación de las manifestaciones sexuales no normativas. En concreto para las personas mayores ha sido, y todavía, es negada precisamente por no cumplir esta finalidad reproductiva.

Hay muchas creencias erróneas entorno a la sexualidad en la tercera edad como que estas personas no tienen interés por la actividad sexual. O que a estas edades solo necesitan contacto y cariño. En general hay una desexualización en nuestra sociedad de los ancianos y estos si manifiestan deseo se les etiquetan de perversos, ridículos o viejos verdes.

Pero la vida en nuestra sociedad cada vez es más longeva y muchas personas llegan a la edad de jubilación en óptimas condiciones físicas y también sexuales. Por lo que no tiene sentido no disfrutar también de la sexualidad como parte de una vida sexual plena y sana.

La tercera edad es un momento idóneo para tener una vida sexual plena ya que, por lo general tenemos más tiempo libre que cuando éramos jóvenes, debido a la jubilación y a que los hijos son mayores, además hay mayor madurez sexual.

La verdad es cada vejez es única y como tal la vejez se vive de manera diferente según la persona. Una persona con un estilo de vida activo y sano es muy posible que llegue a la tercera edad en buenas condiciones físicas.

La actividad sexual en la vejez dependerá de factores como el estado físico, los mensajes sociales y la actitud de la persona.

Muchas personas no relacionan la vejez con una vida sexual activa y satisfactoria, por lo que muchas personas mayores se sienten incómodas cuando hablan de sus necesidades sexuales.

Todo esto hay que unirlo a algunos problemas físicos característicos de esta etapa de la vida

En las mujeres, tras la menopausia se suele producir un desinterés por el sexo, debido a la bajada de los estrógenos y la progesterona propia de esta etapa. También cuesta más conseguir la lubricación, lo cual se puede conseguir fácilmente dando prioridad a los masajes y las caricias y, si es necesario, el uso de un buen lubricante.

En los hombres se produce una bajada de la testosterona, por lo que se necesita más tiempo para conseguir la erección, siendo esta y el orgasmo menos intenso.

Estos cambios hacen que nos replanteemos la sexualidad y busquemos otras formas de disfrutarla más allá del coito.

Como conclusión, hacernos mayores no debería de ser un impedimento para poder disfrutar de una sexualidad plena y satisfactoria. No debería de ser la sociedad si no la persona, la que decida cómo y cuándo quiere disfrutar de su sexualidad, sin importad la edad ni su condición física.

A modo de conclusión:

Es importante es que las personas ancianas traten de asumir una nueva visón de la sexualidad, no limitada a la procreación, ni al coito sino que se fomente el placer por el contacto corporal global y la comunicación emocional con las otras personas.


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