Los efectos de las adicciones sobre el sexo

18.11.2019

Es típica la escena de un sábado por la noche, después de una semana ajetreada, que salgamos a divertirnos con la pareja o los amigos. Muchas veces con alcohol por medio. Y después, si las circunstancias acompañan, tocará un encuentro sexual. Estamos eufóricos debido al efecto del alcohol, nos sentimos geniales, ¿Por qué va a ir mal?

Pero una vez en la cama, la cosa no va tal genial, nos cuesta tener una erección en condiciones, el orgasmo brilla por su ausencia... ¿Qué está pasando? El alcohol nos está jugando una mala pasada en el momento más inoportuno.

El alcohol adormece nuestro cerebro

El órgano más importante para practicar sexo es el cerebro y el alcohol tiene un efecto sedante sobre él. Se sabe por estudios neurofisiológicos que es un poderoso depresivo del sistema nervioso central, lo que produce una inhibición generalizada de la excitabilidad neuronal. Lo que hace el alcohol es desinhibir provocando la disminución de la actividad cerebral. Esto como consecuencia reducirá nuestro autocontrol y, a la vez, el flujo de sangre a los genitales. Claro, sin sangre en los genitales la excitación brillará por su ausencia. En resumen, el alcohol nos da una percepción subjetiva de excitación, pero en realidad esta disminuye. Y esto pasa tanto en hombres como en mujeres.

Pero ¿siempre es malo?

Desde luego que no. Se han realizado varios estudios al respecto para analizar los efectos del alcohol en el control de la excitabilidad tanto en mujeres como en hombres y el resultado es similar en ambos sexos. El alcohol tomado en una dosis moderada, aquello que decimos "para tener un puntillo", es uno de los afrodisiacos más potentes que existen. Una copita de vino nos provocará la euforia necesaria para practicar una buena noche de sexo, pero si nos pasamos con el alcohol, entonces es cuando tendremos el efecto no deseado.

Ahora que ya sabes los efectos que puede tener el alcohol, consume bajo tu responsabilidad.

Otra característica que encontramos en el mundo actual es que la tecnología ha invadido nuestras vidas y nuestra manera de comunicarnos con los demás, esto incluye incluso a nuestra faceta más íntima, la sexualidad.

¿Qué es el cibersexo?

El cibersexo o sexo virtual es una forma de relación sexual sin contacto físico en donde dos o más personas se transmiten mensajes de contenido explícitamente sexual. Para ello se suele utilizar como principales herramientas las plataformas de Internet, como puede ser un chat o el servicio de whassap. Para que el encuentro sea más intenso, se hace uso de cámaras.

Las variedades dentro de esta práctica son tantas como personas que la practican. Puede ser desde un sencillo traspaso de mensajes de contenido erótico, como la creación de personajes y la invención de historias.

Una cosa que caracteriza al cibersexo es que suele ser su anonimato, ya que muchas veces lo utilizan personas que acaban de conocerse. Esto lo diferenciaría del sexting, que es otra práctica muy vinculada a las nuevas tecnologías. El sexting es el envío masivo de mensajes sexuales (foto o videos) por medio de teléfonos móviles. Esta es una práctica muy extendida entre los adolescentes a pesar de los riesgos que conlleva la circulación de estas imágenes por la red.

Hay que ser prudente, porque un uso indiscriminado puede llegar a provocar adicción si la que la persona pierde el control de su uso, con las mismas consecuencias que podría tener el consumo de drogas, como aislamiento social y familiar, pérdida de productividad en el trabajo.

Es una ventana a los pedófilos, por lo que hay constituiría un delito grave hacer uso de este material.

Otro problema, es que muchas personas lo ven como un tipo de infidelidad por lo que podría estar detrás de muchas separaciones y divorcios

Pero, afortunadamente, no todo es malo, también podemos encontrar beneficios en esta práctica, si se usa de forma puntual y con moderación;

  • No hay riesgo de embarazo o de contagiarse una ETS, por lo que es un modo seguro para que la gente experimente con pensamientos y sentimientos de naturaleza sexual.
  • Para personas con limitaciones físicas también constituye una forma de poder experimentar la sexualidad más allá de sus problemas de movilidad.
  • Se puede usar como recurso en psicoterapia para superar problemas de inseguridad y timidez
  • Puede incluso dar chispa a una relación en la que se ha instalado la rutina.
  • Conocemos a otras personas y podemos aumentar la creatividad sexual.

A modo de conclusión, el cibersexo no es bueno o malo en sí ya que depende de lo que interfiera en nuestras vidas, así que se puede afirmar que un consumo controlado y esporádico no debería de ser preocupante pero si su abuso, ya que puede peligrar su estabilidad emocional, familiar o el trabajo en un impulso imposible de frenar.

Por lo que todo con moderación, si se abusa es cuando comienzan los problemas.